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Revista IJANR analizó los desafíos de la agroecología para desarrollar sistemas más sustentables

La última edición de la revista académica editada en la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC sintetizó la experiencia nacional e internacional en torno a esta disciplina que promueve la biodiversidad. El investigador Osvaldo Salazar fue el editor invitado del número que será un insumo para la OCDE en el marco de su programa Biological Resources Management for Sustaintable Agricultural Sistems.

Previamente conocida como la Revista de Ciencia e Investigación Agraria, la publicación académica editada en la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC cambió su nombre a International Journal of Agriculture and Natural Resources, con el fin de internacionalizar sus contenidos. La última edición refleja este espíritu con la colaboración de investigadores desde Europa, Norteamérica, Australia y Latinoamérica, quienes compartieron sus experiencias en el campo de la agroecología desde una perspectiva científica.

Esta disciplina se centra en el diseño y manejo de sistemas agroalimentarios productivos que, a su vez, conserven e incluso promueva la biodiversidad. Por lo mismo, aborda la problemática desde aspectos como la eficiencia en el uso de recursos naturales, el reciclaje, patrimonio alimentario, territorio y cultura, pero además involucra conceptos de economía circular y el diálogo con saberes ancestrales y costumbres de zonas rurales.

"Dentro de la Facultad hemos discutido sobre cómo avanzar hacia una agricultura más sostenible y, una de las disciplinas que se ha desarrollado de manera más científica y que ha tomado fuerza los últimos 20 o 25 años es la agroecología. En ese sentido, promueve prácticas de sistemas agroalimentarios más justos y económicamente viables, por lo que tiene además un vínculo con las políticas públicas", señala Osvaldo Salazar, académico de la Universidad de Chile y editor invitado de este número.

La idea de reunir diversas experiencias en esta materia surgió el año 2019 y, originalmente, se traduciría en un workshop financiado por la OCDE a través de su programa Biological Resources Management for Sustaintable Agricultural Sistems. Este incluiría la participación de 10 expositores internacionales que dialogarían sobre cómo integrar políticas públicas para aumentar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.
Finalmente, el encuentro no se pudo concretar, pero sí el compromiso de condensar estas experiencias en un set de artículos que servirá como insumo para el Comité de Agricultura Sostenible de la OCDE y, en base a eso, generar nuevas directrices para sus países miembros.

Escalabilidad, agricultura digital y biotecnología

"Uno de los principales desafíos actuales es cómo vincular a los agricultores para transitar desde la agricultura convencional, hacia una que respete la biodiversidad y el ecosistema en que se desarrollan las prácticas agrícolas. En general la agroecología se maneja a muy pequeña escala, pero avanzar en producción y territorio es una tarea pendiente", señala Salazar.
Aquí podría resultar clave la implementación de tecnologías como sensores, modelos computacionales y otro tipo de herramientas dentro de los sistemas agroecológicos. Ahí, rescata el editor invitado, uno de los puntos clave es que ésta "sea accesible para todos los agricultores y, por lo tanto, debe ser de libre acceso, mientras que los accesorios deben ser de bajo costo". Otros puntos que generan menos consenso se refieren al uso de la biotecnología y la ingeniería genética.
Sin embargo, las soluciones no son únicamente tecnológicas. La vinculación y cohesión social de un territorio también es un gran desafío que depende, en gran parte, de las políticas públicas centrales, pero también de la administración local. "Abordamos cómo podemos trabajar en colaboración con los vecinos para que generen una economía circular, que baje los costos de producción y el impacto ambiental de muchas prácticas. Eso también depende de cómo se ordenan las actividades y el territorio y proteger, por ejemplo, algunos cuerpos de agua o ambientes más expuesto a los efectos de la agricultura convencional", explica Salazar.

Evidencia científica para la región y el mundo

La edición número 47(3) de la revista, a la que se puede acceder libremente desde su web, también analizó cómo la agroecología y los sistemas alimentarios sostenibles contribuyen a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, con su hoja de ruta al 2030. En ese sentido, el equipo editorial identificó que el material generado podría colaborar directamente en los esfuerzos por Hambre 0, en Acción por el clima y Vida de Ecosistemas Terrestres, a través del desarrollo de sistemas en que convivan la necesidad de producir alimentos con herramientas suficientes para no alterar el medio ambiente.

"No se trata de dejar de hacer agricultura. Tenemos que hacer agricultura y alimentar a 17 millones de personas y, ojalá, contribuir a la alimentación de otro sector global, porque somos un país privilegiado en términos de recursos genéticos, de clima y de suelo, pero es un patrimonio que además hay que cuidar, para dejar a nuestros hijos recursos que puedan continuar usando en las siguientes generaciones", concluye Salazar.
La revista está disponible en el sitio web de IJANR, en el que puedes revisar todos los artículos en Acceso Abierto, también pueden seguir su cuenta en Twitter acá.

María Elena y Nancy: Las primeras mujeres agrónomas de la Facultad

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer trabajadora, recuperamos el relato sobre las primeras estudiantes que ingresaron a nuestra Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal en 1955, sólo dos entre decenas de hombres. Pasaría tiempo para que la presencia femenina se volviera algo cotidiano en los salones de clases, pero hoy, 60 años después, nos enorgullece que la matrícula sea paritaria.

Quedan grandes desafíos para hacer de nuestra Facultad y Universidad espacios justos, seguros y equitativos, la invitación es a continuar trabajando juntos. A continuación, una anécdota del histórico ingreso femenino, en el recuerdo del académico Luis Pardo, el que fue publicado en la revista que conmemoró el centenario de la Facultad en 2004. El resto de la historia la siguen escribiendo las propias mujeres estudiantes, académicas, investigadoras, profesionales y funcionarias.

María Eliana Pérez y Nancy Ecclefield se convirtieron en las dos primeras mujeres tituladas en la Facultad, el año 1959.

Las primeras alumnas que llegaron a esta Escuela a hacer sus estudios agronómicos eran hijas de un Senador de la República y, como tal, pudo conseguir que el Sr. Rector autorizara dicho ingreso, pues las puertas de Agronomía estaban cerradas para el elemento femenino. Como los tiempos cambian, ahora estas puertas están totalmente abiertas a la juventud femenina.

Un Sr. Profesor de esta Escuela, padre de dos hijas, no había podido conseguir hasta ese año autorización de la Rectoría para que estudiaran en esta Escuela y, como era simplemente Profesor y no Senador de la República, la Rectoría le había dicho nones.

El ingreso de estas hijas del Senador provocó muchos comentarios en esta Escuela. El Sr. Pro Rector vino y se entrevistó con los alumnos del primer año, que serían sus compañeros. Les hizo ver la responsabilidad que les cabía, en el respeto y consideración dada que eran las primeras alumnas que ingresaban a esta Escuela y con las que tendrían que alternar. Los alumnos escucharon las advertencias del Sr. Pro Rector, como igualmente las amenazas de fuertes sanciones en caso de faltar el respeto a estas jóvenes que llegaban y que, por esos años, tenían fama de admitir únicamente a hijos de huasos brutos.

Los alumnos después de un tiempo de convivencia con las hijas del Senador las fueron conociendo hasta llegar a la siguiente conclusión que fue puesta en conocimiento del Sr. Rector, al cual aseguraron que las Srtas. Alumnas y compañeras serían tratadas con suma cortesía y jamás les faltarían al respeto.

(...) Cuando habían transcurrido unos seis mese de estudio, sucedió en la clase de Climatología a cargo del Prof. Sr. Erich Heilmeier K., el alumnado había escuchado muchas lecciones sobre heladas, lluvias, nubes, presión, hidrómetros, termómetros, etc. y, viendo que la clase se prolongaba -una vez más- más de lo conveniente, lanzó una de las alumnas un trozo de tiza al pizarrón para llamar la atención al Profesor para que terminara la clase, pero este trozo salió disparado con tan mala dirección que, en vez de ir a rematar en el pizarrón, fue a dar en pleno rostro del Profesor, el que encolerizó y apostrofó al alumnado, tratándolos de sujetos mal educados (...) y que las únicas personas decentes eran estas señoritas y salió furioso de la clase para ir a dar cuenta al Director de este desaguisado.

El Director se enfrentó a solas con el curso y quiso conocer al autor de esta hazaña y, grande fue su sorpresa, al saber que una de las alumnas era la autora. Con esto se creaba una situación muy delicada de solucionar. El Profesor pedía fuerte sanción para el causante de lo que consideraba un insulto a su persona y la autora, era nada menos que la hija de un Senador de la República.

Se inició un disimulado sumario, se sancionó a la autora con la pena de un mes de suspensión y luego todo siguió igual. Una vez reanudada la clase, el Profesor se mostró muy atento con las señoritas, seguramente por creerlas lo mejor del curso e ignoró si alguna vez supo que una de ellas era la autora de ese lapso.

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